Marea subyacente,
salada recorre mi garganta pegajosa;
succiono la fuente del océano vital
froto la cara,
la cabeza,
rebosa mi pecho,
quema el deseo.
Retuerzo el cuello de la gallina
mientras la sangre gotea por mis manos.
Exploto en la esquina de la boca rota,
el espasmo brillante
guiña,
se estremece,
palpita,
sonríe de placer por la abundancia
cremosa,
rizada de miedo y ardor.
Error pensar otra vez
si no pasó tiempo...
muchacha.
por Lotario © 2007
de “Posesiones”
Imagen: Metamorfosis
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