absurdo; alma retorcida en
violento sometimiento, acecha; libremente escogemos la inmundicia donde picotear como gallinas cojas de dos patas que no animan sino al campesino
para ser asado en la fiesta
los ojos del silencio vociferan nuestras debilidades, nuestras libertades;
sin escuchar, ciegos como piedras rodamos por los escollos, por las laderas, hasta que otro canto frena la bajada o simplemente topamos con la llanura de nuestro miedo, de nuestra vergüenza
violento sometimiento,
para ser asado en la fiesta
los ojos del silencio vociferan
sin escuchar,
por Lotario © 2007
Imagen Leonardo Rodríguez
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