domingo, 5 de agosto de 2007

FARO

Desde el faro,

la lejanía pareció irreal.

La inmensidad del océano incontable

impreso en la memoria,

como fantasía extenuada

por la dádiva y la displicencia.

Cerró los ojos desangrados

apurados como ubres secas,

intuyó los de ella posados

impasibles pero tiernos,

sin paréntesis,

sin recurso;

representó su figura,

sospechó su caricia y la lluvia de su

respiración sobre el ánimo.


por Lotario © 2006
de “Cabeza de Güevo”

Imagen: Olvido

de Leonardo Rodríguez

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