emerge la fiebre neuronal en la nuca,,
la puerta consciente se entorna,
suavemente
las yemas de los dedos resbalan,
acarician el pigmento del rubor,
suavemente
sonríes sin mirar el vacío cristalino
de la luminosidad del trigo,
suavemente
la danza intramuscular invade
nuestros sentidos fundidos como en uno,
suavemente
llegamos al espasmo delirante,
primario de la perpetuación de la especie,
brutalmente
desaparece la combustión dentro de los muros dérmicos,
la lluvia blanca,
los copos de nieve liberan la brasa grabada en el tuétano, en la piel,
hasta volar desde el espacio rectangular,
suave,
brutalmente
por Lotario © 2007
de “Posesiones”
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